terça-feira, julho 22, 2008

Valiente viaje en el tiempo.


Y entonces viajé en el tiempo, regresé una hora en el tiempo. Llegando a Tepic, pues no eran las 9, sino las 8.

Fui de viaje el viernes en la noche (el 11 de julio) y llegué en la mañana del sábado a Tepic, ahí desayunamos menudo (blanco, claro, aunque no me gustó tanto tanto como el rojo :D) y jericallas, por cierto, cada vez que se podía, comprábamos una, de esas no hay aquí, y si hay, no saben ricas.

El día transcurrió ahí, habíamos pensado en visitar la catedral con estilo gótico, pero eso fue un fraude ¿qué tenía de gótico?!!! bueno, bueno, dicen que sí, pero a mí no me gustó. Ahí hay zapaterías a cada paso. La tarde tranquila, caminando, conociendo la ciudad, la zona roja (sin querer) y omitiendo otros puntos que hubieran sido de utilidad. Buscamos algunas artesanías que no encontramos. En el centro la gente va a pasear, a comprar un helado o cualquier otra cosa. Se está a gusto ahí. De regreso al hotel, con un botellita de un coctél y algunas cosas para la cena vimos una película, dio pie para una conversación algo sentida.

El reloj biológico es cruel, pues una pequeña horita se siente. A pesar de levantarse "temprano" no se puede ir a comprar cosas ni nada porque es temprano para los lugareños. Todo está cerrado. De ahí directo (no tan directo) a la terminal para ir a San Blas. (ver fotos en flickr) y ser picoteada en menos de cinco minutos por muchos moscos. Tan sólo en lo que me puse el repelente. Ahí jugamos en el mar, qué rico, nunca me había divertido tanto, aunque no me gusta el agua salada, ah, antes de salir a San Blas me comí unas empanadas de camarón con queso, sí, empanadas allá, "quesadillas" acá y estaban muy buenas, también probé camarones a la mexicana, muy ricos. Allá comí... ¿qué comí? ah, plátanos asados y una tostada, no tenía hambre. Caminamos y tomamos fotos. Teníamos qué volver y yo no sabía si regresar a México o no. Decidí quedarme un día más, un día sola por allá, cosa que anteriormente no me hubiera parecido extraño.

Algo importante es que el clima en el mundo está re loco y también estaba indecisa en el lugar de vacaciones porque no quería ir a donde ni pudiera salir porque estuviera lloviendo. Todo parece indicar que mientras estábamos en San Blas, en Tepic cayó una tormenta fuerte, era el tema de conversación en el puesto de comida de la esquina del hotel donde me quedé esa noche. Así que me alegré que no nos hubiera tocado la lluvia. En la playa llovió pero muy poco. Esa noche, ya en Tepic de nuevo, llovió fuertísimo, por al menos tres horas seguidas. Me asomaba por la ventana y todo estaba inundado, hasta llegué a pensar que no podría salir de ahí. Para mi fortuna, al salir ya estaba seco.

Fui al centro a comer y luego tome un autobús a Vallarta, me bajé en Rincón de Guayabitos. Ahí estuvo algo de lo más interesante. El autobús era de esos que van puebleando, hace paradas sobre la carretera llena de curvas y sirve de comunicación con todos los pueblos que están en la sierra. Un camino algo peligroso, aunque no tanto como otros que he recorrido. Lo malo fue que en una de esas sonó algo raro en el autobús, algo se rompió, se fue más despacio para detenerse en el primer punto que pudo. Revisaron y decidieron que "podíamos seguir". Y seguimos, yo toda temerosa, y se atrevieron a subir a más gente en el siguiente pueblo. Lo comenté con una viejita que se sentó junto a mí. Ella iba para "Las Palmas" y el siguiente pueblo era "Las Peñitas", ya después "Rincón de Guayabitos", le pregunté si avisaban a qué pueblo se iba a llegar y me dijo que sí: "Gritan "Las Peñitas" cuando llegan a las Peñitas y "Guayabitos" cuando llegan a Guayabitos"..... mujer más lógica no pude encontrar. Finalmente ella bajó dos pueblos antes que yo y se sentó un viejito quien me dijo cuáles platillos típicos debía de probar (he de admitir que no soy muy buena para comer cosas que no conozco, pues prefiero no probar a enfermarme) y de dónde era él. Un señor de enfrente (quien seguramente cuando era más joven era muy guapo) desde que subió se me quedaba viendo, o ponía atención en lo que platicaba con mis compañeros de asiento. El viejito me preguntó que por qué iba a Guayabitos, le dije que quería ir a donde no fuera TAN conocido, porque Vallarta no conozco, e igual podía ir a ahí, que es más turístico. Pero no quería ir a allí. Preguntó si tenía parientes en Nayarit, le dije que no, que con quién iba y le dije que sola. Y entonces me dijo que era muy valiente. En eso gritaron "¿quién baja en Guayabitos?" Levanté la mano, el viejito me dejó pasar, con fuerza bajé mi maleta y descendí del autobús que me daba miedo. Caminé siempre decidida, como si supiera a dónde iba, pues cuando uno va así, a donde vaya, es ahí a donde iba. Sin saberlo tomé el camino más corto y directo a la playa. Busqué el lugar menos poblado para comer. Un coco, luego fui a meterme al mar. Ahí parece una alberca de agua salada, el mar estaba en calma. Me acosté un ratote en la playa para tomar el sol. Ando bronceada aunque utilicé protector solar. Caminé mucho, de ida, de vuelta. Nade de ida y de vuelta. Comí, volví a caminar y después me fui. Lo que es no conocer: fui a dar la vuelta a Vallarta para desde ahí regresarme por la misma carretera a Tepic y luego a la ciudad de México.

Así fue esta viaje, casi express, de vacaciones. Espero no haberlos aburrido y que vayan a ver las fotos.

3 comentários:

Lady White disse...

Genial mujer!
me da gusto q hayas pasado unos dias agradables en mi estado, yo vivo en tepic, pero soy de san blas.
si vuelves pronto cuenta con una guia de turistas.
Saluditos

Anónimo disse...

pues que fregon que te des tiempo apra descansar y pasartela super, espero hayas tenido uans vacaciones pocamadre!!!

Yaoteka disse...

Yo tambor viajé al futuro durante 18 días y luego regresé al pasado.

:(