segunda-feira, agosto 23, 2010

Estar y no estar


Volvía de dejar a Sara de un lugar cercano a donde tomaría su autobús de regreso a Torreón, esperé un rato para que pasara un microbús que me dejaría a mitad del camino a casa, el trayecto fue largo y un poco curioso, porque llegando a Plaza Delta prácticamente no iba nadie más en el microbús, pero después comenzó a subir más y más gente, llegando al Metro Tacubaya, donde me bajé, da una vuelta muy extraña, rodeando todo el metro, ahí está bastante feo por tantos autobuses y puestos fijos, semifijos, ambulantes y establecimientos. Al estar ahí recordé que ya no había microbuses sino autobuses concesionados y no sabía si salían donde los micros, total que como ya estaba lloviendo, había poca gente y me dió miedo ir por el camino corto, caminé más y dí la vuelta encontrándome a muchos patancillos que pasaban empujando a los que íbamos en sentido contrario. Al fin llegué a donde salían, el mismo lugar de antes. Y cuando bajé, estaba lloviendo, cada vez un poquito más fuerte, intenté subir a un taxi, pero iban ocupados. Yo andaba de huaraches y una blusa, sin paraguas ni nada para cubrirme de la lluvia, decidí no esperar y caminar a casa, son unas cuatro cuadras, aunque algo largas.

Iba pensando en que te gusta la lluvia y mojarte con ella, que hubieras sido feliz en esa situación, realmente no fue desagradable para mí, se cumplían esas condiciones que te comentaba, no llevaba nada que me preocupara que se mojara, iba para mi casa, en donde me cambié y sequé sin mayor problema. No estabas ahí físicamente, aunque sí en mi mente  (aunque se lea tan cursi).

Sem comentários: