En estos días se ponen de moda las listas de propósitos y de deseos para el nuevo año.
Cuando alguien me comenta que tiene que tomar una decisión, pero hay pros y contras, suelo decirle que haga una lista con ellos y que los cuente, para ver qué le conviene más, pero no todos los pros o los contra "pesan" igual, así que es mejor darles un valor, digamos que de uno a 10, según su repercusión. Es una forma un tanto objetiva de tomar decisiones. Creo que nadie me hace caso en hacerlo, y la verdad, comprendo por qué.
Si no existiera esa indecisión tan fuerte, este método serviría, y tal vez ni sería necesario. La verdad es que uno suele saber lo que es conveniente de manera objetiva, pero hay algo más que nos hace preferir la otra opción.
Cuando alguien me comenta que tiene que tomar una decisión, pero hay pros y contras, suelo decirle que haga una lista con ellos y que los cuente, para ver qué le conviene más, pero no todos los pros o los contra "pesan" igual, así que es mejor darles un valor, digamos que de uno a 10, según su repercusión. Es una forma un tanto objetiva de tomar decisiones. Creo que nadie me hace caso en hacerlo, y la verdad, comprendo por qué.
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1 comentário:
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