Entre bugambilias y jacarandas.

Además de las rosas, las flores que más he visto en mi vida han sido las bugambilias y las jacarandas. La razón es sencilla y la he recordado porque ahora paso por los caminos de antes.

Para ir al trabajo me voy caminando a Insurgentes, de esa forma no tengo que estresarme por el tráfico que hay entre las 9 y las 10 de la mañana en esta ciudad. El camino es tranquilo y ahora he observado que si hay flores son mayoritariamente las de las jacarandas (esos árboles enormes) y las bugambilias. Es el mismo camino que recorría cuando iba a la primaria y a la secundaria, así que pongámosle 9 años como mínimo. Paso cada día disfrutando esas calles empedradas (aunque con cemento y pienso en que son verdaderamente tontos los que hicieron eso) y la última quinta de San Angel, las grandes casas que no sé qué son, el convento, la paletería y la Nacional (tienda antiquísima), la papelería, la farmacia, la pollería, nuevos comercios pero que al final terminan en lo mismo, la secundaria, la primaria, la iglesia, la casa donde aún se hacen fiestas para niños, la temida calle José de Teresa, un puesto de comida los domingos, puestos de revistas... no paso los jueves o si no también vería el mercado, claro, se me olvidaba el asilo de ancianos. Cada cosa vista desde hace tanto tiempo. La gente que vive ahí está cambiando, ya no están tan agusto, pues a pesar de seguir siendo tranquilo, ya no lo es como a ellos les gustaba.

Esta delegación está llena de barrios ricos y pobres entremezclados, me recuerda a esa canción de "en un mundo de dos colores, color de ricos y color de pobres, en una gran ciudad de dos sabores..." en fin, la cancioncilla esa es otra historia. Y las bugambilias junto con mi nombre también son otra historia, una buena historia, por cierto.

Me gusta vivir aquí, no hay duda.