Se escuchan las voces de los niños al jugar, gritos y carreras para alcanzar al otro y ganar. Las risas de los vecinos y de repente parte de su plática. Algunas personas en casa haciendo labores del hogar, limpiando o acomodando aquellas cosas que habían dejado para después.
Aunque los autos siguen pasando con la frecuencia acostumbrada, se paran un poco porque alguno se quedó mal estacionado pensando que no tardaría nada comprando en la tienda. Se escucha que llega una troca con su sonsonete a todo lo que da, mi hermana pregunta ¿ya llegó la troca?. Respondo que sí, que eso parece y que trae unas bien perronas. "Déjalos, al menos quieren escuchar su música ahí", dice mi mamá.
Después de un rato, salgo a ver qué novedades hay en la calle, mucha gente, los vecinos platicando y mirando para todos lados. Nos gusta comer a la luz de las velas y casi nos dan ganas de sacar una silla a la calle para ver pasar a la gente y conversar con las vecinas sobre cuánto se tardarán en hacer esas reparaciones los de la CFE, si comienza a llover ya no vamos a saber si es que la luz no ha llegado porque no han terminado, o se fue (otra vez) por la lluvia.
Así pasó, no sé qué tanto hacen, me sospecho que no ha quedado nada bien, porque cuando llueve nos quedamos sin electricidad, en esta semana van casi dos días enteros que la quitan. Si mañana vuelve a suceder, seguro que hasta nos vamos a ir al kiosko del parque a dar vueltas, las mujeres para un lado y los hombres para el otro... sorprendente cómo cambian nuestras actividades ante esta situación.
Al menos tenía cerillos para prender la estufa y hacer la comida (aunque en realidad la hizo mi mamá), licuar o batir ya sería mucho pedir.
Estoy pensando seriamente que, de seguir así, o compro una planta de energía eléctrica (de esas portátiles), o una mesedora muy cómoda.... claro, además de pilas cuadradas para el radio :D, pero tal vez no me alcance, pues tengo que pagar un servicio muy alto por la electricidad.